Y dio otro bocado. Lo hacía una y otra vez, insaciable. Según sus propias palabras, hacía tiempo que no probaba algo tan apetecible. Su lengua recorría toda la masa que tenía entre sus manos en busca de nuevos sabores. Su nariz intentaba esnifar los más turbios aromas que emanaban, con el fin de apoderarse de todos ellos. Aquella actitud era bulímica, casi pecaminosa, sexual…, prohibida, pero, quizás era eso mismo lo que le excitaba a continuar en su empeño. Por momentos se sorprendía mirándose en el espejo, observaba sus movimientos, le gustaba verse y disfrutaba de ello. Aquel dulce relleno de crema era increíble.
Pues sí que tenía que estar bueno ¿dónde lo venden? Cuñi.
ResponderEliminarLa pregunta es... ¿luego de comerse el relleno, tenía un vacilón de "te asomas y ves pasar el AVE", o sólo se embostó de crema pa coger algún kilete que otro? Nada, habrá que ir cargando, que ya son horas... Saludos desde el sur de la tierra seca... je je
ResponderEliminarBueno, vena erótica-golosa jajaja
ResponderEliminarupssss, no firmé
ResponderEliminarCArmen
Pues mira que le gustaba ese dulce...¿por qué será?
ResponderEliminarMyriam
CUÑI: ummm buenísimo.
ResponderEliminarANÓNIMO: ¿tierra seca? jajaja pos les cayó todo junto.
CARMEN: jajaja también toca.
MYRIAM: ¿Alguna idea?
Jajaja, a lo mejor era de esto de lo que hablaba Juan Carlos....Va a ser que sí.
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