Hay noches oscuras. No por su propia condición y aspecto, sino por las cosas que nos ocurren. Anoche fue una de ellas. Despertar de manera brusca y con la certeza de que algo malo ocurre, se hace duro. Despertar con los llantos y los gritos de tu hija, es más duro y oscuro.
Por suerte, tenemos niños sanos, alegres y fuertes ─toquemos madera─ por lo que estas noches no son muchas, pero algún día también toca, es parte de nuestra existencia.
Ahora, la tengo justo enfrente, dormida en el sofá. Acurrucada en su manta. Con la cara de no haber roto un plato en su vida. Parece que no mejora, pero al menos descansa. Mi interior se revuelve; ¿hay algo más duro que ver a la carne de tu carne enferma?
... pobrecita menuda noche, a ver si se le pasa, y que no se le pegue al otro. Cuñi
ResponderEliminarOh! Espero que se mejore... Un abrazo!
ResponderEliminarChachoooooooooooo no vale escribir esto tio, que pasa que hay que tocar la fibra?????? haz favor que una tiene sensibilidad. Besos amor.
ResponderEliminarMiryam
Bueno, pues tienes razón, es lo que hay. Besos a la niña y que se mejore.
ResponderEliminarCArmen
Espero que se mejore. Un abrazo
ResponderEliminarMyriam
CUÑI: Tarde esperanza...
ResponderEliminarJ: Gracias ya está mucho mejor.
Miryam: snif, snif... lo que hace la lejanía. Un beso Graaaaaaaaaaaande.
CArmen: Gracias.
Myriam: Ok, besos.