Tenía una posición privilegiada así que su disparo fue único y certero.
Mientras caminaba, a la búsqueda del cadáver, una mujer, cubierta por un largo y tupido velo negro, a la carrera se adelantó. Asió el cuerpo entre sus brazos y con movimientos balanceantes comenzó un doloroso lamento lleno de llantos, gritos y oraciones. Un extraño escalofrío recorrió el cuerpo del soldado. Su temblor se volvió angustia:
─¿Qué haz hecho? ─le interrogó la mujer en un idioma de difícil comprensión para nosotros.
El soldado dubitativo no cabía en sí, quería morir. Se arrodilló. Puso su mano asesina sobre el cuerpo inerte y dijo:
─Yo, cumplía órdenes y él...
─¿Él? ¡era tu hermano!
─¡Era un terrorista! Lleva una bomba pegada a su cuerpo.
─No ─dijo abriéndole la chaqueta de pana polvorienta y roída por el uso de los años─ había robado pan; lo llevaba a casa para alimentar a tus hijos.
que triste, guillermo...
ResponderEliminar:-(
besitos mañaneros
... no no no tamos para llorar!! Mu bueno pero peli depre... Cuñi.
ResponderEliminar¡Qué triste!... a eso no nos tenías acostumbrados... la pena es que es real.
ResponderEliminarSaludos desde Pisciherbania
Upsss...¡qué fallo!Hay que tener cuidado con los despìstes...al final se pagan caro...
ResponderEliminarMyriam
Uf, los destinos de la vida en ocasiones son crueles.
ResponderEliminarCArmen
J: no todo van a ser risas y fiestas.
ResponderEliminarCUÑI: jajaja como tus ganas de escribir.
PISCIHERBANIA: hay qu edarles una de cal y una de arena.
MYRIAM: Por eso siempre viene bien tmoar precauciones.
CArmen: muy cierto, pero se superan.