La cena se enfriaba en la mesa. Los niños correteaban alrededor del abuelo que, con la baba caída, dormitaba a la espera del resto de la familia.
Mamá, cacerola y cucharón en mano, comenzaba a emitir alaridos a la vez que golpeaba los instrumentos, rabiosa. Los mayores se habían retrasado ¿Qué estarían haciendo? Todos teníamos hambre así que al sentir el fuerte enfado de nuestra madre, comenzamos a sentarnos.
Papá no tardó mucho en llegar. Iba acompañado de nuestro tío y nuestro primo mayor que, orgulloso y abanando los brazos en alto, encabezaba el grupo. ¡Habían capturado al otro misionero! También teníamos garantizado el almuerzo de mañana.
Uppsss!hay que ver lo que hace la gente hoy en día por comer...es que con esta crisis...jejeje.
ResponderEliminarjajaja muy bueno. ¿que tendré yo hoy para comer? ummmmmm.
ResponderEliminarMe apetece más un Nadal o federer...
JAJAAJA
CArmen
Jejejeje. Muy bueno.
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