Antes
de que vuelva papá, antes de que vuelva papá, antes de que vuelva
papá. Era la cansina cantinela que me repetía una y otra vez entre
sollozos. Aquello había sido un gran error. Todo se me había
escapado de las manos. Ahora debía solucionarlo y dejar la casa como
si nada hubiera pasado. Quizás así podía olvidarlo y continuar con
mi vida.
Antes
de que vuelva papá, antes de que vuelva papá. Estaba nervioso y
aquella letanía me ayudaba a estar concentrado.
Antes
de que vuelva papá, antes de que vuelva papá, me repetía mientras
ordenaba el salón, limpiaba el suelo, fregaba las copas de los
cubatas, retiraba las sábanas manchadas y colocaba unas limpias y
recién planchadas. Después recogí las ropas que ambos habíamos
dejado tiradas por el suelo escondiéndolas en el trastero...
Antes
de que vuelva papá, antes de que vuelva papá, pero, ¿dónde
escondo el cadáver?
¡Ah!, pero... ¿no lo llevabas en el asiento trasero del coche cuando te pararon pa soplá? ¡Mira queres, mira queres...!
ResponderEliminarDe un borracho pa otro, ¡marrrdito roedó! je je
Ummmm ¿Detrás de la cortina? Muy bueno, como siempre.
ResponderEliminarCArmen
Ups y ahora?? Bueno si todo está limpito y ordenadito, sentadito en el sofá igual no se dan cuenta!! Cuñi.
ResponderEliminarJOSË GERARDO: Calla rufian, que menos mal que al benemërito no le dio por mirar.
ResponderEliminarCARMEN: Buen sitio, pero tienen estores.
CUÑI: y el tufillo? ummmm