Debo
estar más chiflado de lo que me imaginaba ―fue
el destructor pensamiento que tuve nada más verla entrar por la
puerta―. La conocí en la cena que organizaron unos amigos. Por
casualidad nos sentamos uno frente a otro, rodeados de amigas
comunes. Hablamos y reímos mucho con todos los que estaban a nuestro
alrededor, pero apenas conversamos solos en un par de ocasiones, ya
que ella era el centro de atención de otros hombres que sí la
conocían, y siempre nos interrumpían.
Recuerdo
aquella noche con emoción. Me
impresionó su presencia y estar. No pude parar de observarla. Todo
en ella llamaba mi atención, sobre todo sus dos ojos negros clavados
en los míos mirándonos, su larga cabellera negra, sus finas manos
dirigiendo el alzado de copas para brindar a la salud de los
anfitriones... Sin duda alguna es todo un personaje, pensé. No sé
si fue amor a primera vista, un flechazo o simple conmoción
cerebral, pero decidí que tenía que descubrirlo. Tenía que volver
a dar con ella, pero a solas. Me marché y no me atreví a pedirle el
teléfono.
Entre
las palabras, anécdotas y costumbres intercambiadas, me quedé con
la idea de que suele acudir a este bar, en el que ahora estoy
sentado, a tomar café, ver amigos, despejarse... Nunca he sido asiduo de ninguno, tampoco me gusta serlo, además éste queda a más de veinte minutos en coche de mi
casa, pero llevo viniendo desde hace un mes, a distintas horas, intentando coincidir «por
casualidad» con ella. Hasta hoy no había tenido suerte. Ahora que
la veo entrar me entra la cobardía y los nervios al verla invaden mi interior como cuando tenía quince años.
Entró
radiante, con el halo de seguridad que la rodea. Va directamente al
otro lado de la barra. Saluda a un par de habituales, que ya conozco
de vista, y a todos los camareros, con besos y abrazos. La envidia, y
las dudas, me corroen. ¿Se acordará de mi? ¿Qué hago aquí?
¿Espero a ver si me ve o me acerco a ella?
Ya to... es... que pien... la parie.,, del flech... a prim... vis...? En la segunda entrega lo que falta... ¡un achuchón desde sota...vento!
ResponderEliminarPero ¿Qué pasa? Novela por entregas, por fascículos, ¡qué bueno!!!! Pretendes mantenernos en un vilo. me gusta.
ResponderEliminarA este chico ¿qué le pasa? ¡¡¡¡A por ella!!!!
CArmen deseando leer la segunda parte.
Uf este tiene pinta de volver a casa solo!! Cuñi.
ResponderEliminarPrimero que controle un poco de lo que vá la doña no sea que regrese escaldado...
ResponderEliminarBueno vamos a ver que pasa, yo es que soy de las que nunca me tiro a la piscina sin saber si hay agua o no...¡que le vamos a hacer!
Besos de gofio.
Muy interesante tu manera de escribir
ResponderEliminarun saludo y una flor para vos
JOSÉ GERARDO: Siempre pensando en lo único jajaja.
ResponderEliminarCARMEN: quizás el término sería folletín. Ya veremos qué ocurre en el Capítulo 2.
CUÑI: Ummmm, ya veremos.
GLORIA: Ok, ya veremos por donde nos salen estos dos.
RECOMENZAR: Muchas gracias. Vuelve cuando quieras.