Cuando
ciertos problemillas mecánicos, o físicos, empiezan a hacer su
aparición, no hay nada mejor que visitar a un profesional. Con
nuestro «mecánico»
de confianza, las cosas siempre van sobre ruedas.
El
otro día, sin ir más lejos, se lo recomendé a un amigo que acudió,
aunque algo receloso, para que le revisase un pequeño problema
―bueno, quizás no tan pequeño― que tenía en la palanca
principal.
Tiene
un ojo clínico ―le dije―. Ya verás que con un par de pruebas te
encuentra el fallo y la solución.
Miró
por aquí, tocó por allá, palpó los bajos, comprobó la parte
trasera, probó aquello y lo otro. ¡Ya está!, en un santiamén, y
con la ayuda de una receta para una pildorita azul, todo volvió a su
sitio.
Es
que se lo tengo dicho: Doc, eres un crac, ¡un crac! Cuando sepas de
mecánica, también te llevaré el coche.
Jajajaja ¿Con qué a un amigo? el viejo truco de "eso le pasó a un amigo " ya !!!! jajajajaja
ResponderEliminarCArmen
Pasa los datos, es para recomendárselo a un amigo que justo hoy me ha comentado un problemilla que tiene!!! Cuñi.
ResponderEliminarCARMEN: JAJAJAJ, PERO NO LO DIGAS EN ALTO, JAJAJA
ResponderEliminarCUÑI: ummmm tú también?