jueves, 14 de abril de 2016

«Es hora de buscar cole»


Hay brujas que utilizan recetas misteriosas con la finalidad de cumplir deseos y conseguir favores de otras personas. Como elementos de esos brebajes están: los dientes de tritón, la saliva de sapo o el sudor de araña, entre otros. Todos esos elementos mezclados en su justa medida hacen conseguir milagrosos resultados.

Todos los años, por esta época, las madres primerizas —ellos pasan más—, se lanzan a la búsqueda y captura de sortilegios y encantamientos varios con tal de conseguir una ansiada plaza escolar en un colegio de su agrado. 

Movidas por el desespero y la inseguridad, son capaces de cualquier cosa como acudir a citas con los equipos directivos —adecuadamente emperifolladas para intentar «seducir» y demostrar lo que son—; hacer cola desde altas horas de la madrugada con tal de ser la primera en entregar los papeles —aunque la normativa que la regula no dice nada de orden de llegada—; llamar al cuñado de la vecina, del primo de una amiga —que tiene un conocido en el colegio en cuestión, o en la Consejería—, para ver si le puede echar una mano para que acepten a su criatura; donar una pequeña cantidad «simbólica» —en plan impuesto revolucionario— a favor de la Fundación de San Nosequiensito; poner velas a Todos los Santos —ese día sí que es creyente, la más creyente, y no veas los golpitos que se da en el pecho. Si la monja o el cura está delante mejor—; junto al DNI, las fotos, el impreso, el Certificado de residencia…, le ponen al niño un hilo rojo, pegado en la espalda a base de saliva, porque «unaquesabedeesascosas» —por no llamarla bruja— le dijo que igual las otras madres le hacen un mal de ojos… y todo ello sin leerse las instrucciones de admisión, que lo dejan todo clarito —bueno, es verdad que aquí he exagerado— y no deja lugar a todos los acontecimientos anteriores —o eso dice la teoría.


¿Te crees que estoy bromeando? Te diré que hay hasta quién contrata un detective privado para demostrar que aquellos —sí, aquellos, los que están delante en la lista de admitidos— no viven donde dicen que viven y que, por lo tanto, no tienen los puntos que tienen y que, por lo tanto, no pueden estar por delante de mi criatura. 

Igual lo de la saliva de sapo no deberíamos descartarlo.

1 comentario:

  1. Y luego tú te vienes quejando porque te cuelgo una bruja en el blog... ¡si es que...! Nada, quedamos a merendar y de paso te dejo los papeles, que mi nene tiene que entrar sí o sí... aunque "Raspachuta, la bruja" diga que no... mardito roedó.

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