jueves, 24 de septiembre de 2015

«¿Dónde se compra?»

Extraída, sin permiso, de San Google

A la puerta del garaje de mi trabajo hay un conserje-vedel-subalterno, o lo que sea —en este post intenté definir las diferencias del rango, sin conclusión alguna—, que se encarga de contar la cantidad de vehículos que entra en el aparcamiento y que todos lleven su debida autorización, asegurándose de que está colocada en lugar visible.
Lo que a priori parece ser un trabajo menor tiene su importancia, teniendo en cuenta que las plazas son limitadas y que, con el fin de evitar atascos, peleas o aglomeraciones, hace falta llevar el control del acceso. 
Cuando él calcula que han entrado tantos vehículos como plazas libres, se cierra la puerta y santas pascuas. No siempre lo consigue. 
Para realizar tal cometido y como en todo trabajo, tiene  sus propias herramientas. Hasta hace muy poco llevaba una carpetilla que trababa unos folios, en donde iba tachando cuadraditos, que simbolizaban plazas libres, y cuando aquella inmensa cuadrícula se terminaba, él suponía que ya estaba lleno. La cuenta no siempre resultaba correcta.
Desde hace un tiempo para esta parte, la carpeta ha sido sustituida por un pequeño artilugio, que lleva escondido entre los dedos de su mano, con el que va clicando, apretando el dedo gordo, cada vez que un vehículo accede a las entrañas del recinto. Supongo que, de memoria conocé el número de plazas vacantes y cuando se alcanzan cierra la puerta. Parece ser que el tal aparato contador tampoco es exacto del todo. En muchas ocasiones siempre hay alguien que entra por una puerta y, tras dar una vuelta al ruedo, tiene que abandonar el edificio por la otra al no encontrar sitio libre.

Verlo ahí, todos las mañanas, con el contador de personas en la mano, de coches en este caso, me ha dado la idea de que cada uno de nosotros deberíamos tener uno de esos y así poder contar las veces que los políticos nos mienten, nos roban, nos ningunean, nos abandonan… pero  de política hablaremos otro día, que hoy no sé donde se compra el útil aparatito.

2 comentarios:

  1. Mi querido amigo, te van a faltar números en el contador, o te lo compras de a billón o no darás a abasto. Por otro lado, podríamos montar la orquesta del "clic-clic"... nos pasaríamos el día bailando la fiesta....

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  2. Pues que quieres que te diga, me gusta tu idea. Solo que espero que, a veces, me dejes hacer glu-glu.

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