jueves, 17 de julio de 2014

«¡¡¡Fuego, fuego!!!»

Extraída, sin permiso,  de San Google
Menos mal que aquello era solo un simulacro, sino, algo hubiera pasado, ¡seguro! Dias atrás nos habían avisado.

En un principio aquella reunión, organizada por planta y para todo el personal que la ocupa, consistía, o al menos eso imaginé yo, en una actividad preparatoria, al estilo de las azafatas de los aviones, en la que se nos indicarían las distintas salidas de emergencia, cuál es la que nos toca, según la ubicación de nuestro puesto de trabajo... No fue así.

Treinta minutos sentados para repetir, hasta la saciedad, lo importante que es mantener la calma, que no ocurre nada, que hay tiempo suficiente para abandonar el edificio y que no cojamos los ascensores. No nos ensañaron ningún plano o plan de evacuación, solo que bajáramos pegados a la pared y abandonáramos el edificio para concentrarnos en la plaza. Además, como nota aclaratoria y conclusión del evento fue que tal día, a tal hora, sonaría la alarma.

Así que, una vez llegado el día D, bromeábamos con lo que ocurriría a la hora H.

Llegado el momento, la alarma sonó como con falta de pilas, tímida y temerosa, apenas audible. Los encargados de la evacuación de cada planta tuvieron que subir sus propios chalecos reflectantes de su vehículo particular. La gente comenzó a bajar, a tropel, las escaleras, sin respetar ni el lado de la pared ni al prójimo que iba delante. Alguna se quedó encerrada en el ascensor. Las que nunca usan las escaleras, aún trabajando en la primera planta, protestaban sobre la incomodidad que aquello les ocasionaba... Los más listos se reunieron en el bar, que ya puestos a pasar el trance, por lo menos hacerlo con el estómago lleno. Y es que los funcionarios, son funcionarios hasta para salvar la vida.


Así que, el día que la evacuación sea de verdad, o sin avisar, no quiero ni imaginar lo que ocurrirá. Pero no te preocupes, te lo contaré, que seguro que tendrá miga, pero desde el bar, que es más divertido.

1 comentario:

  1. Precisamente para eso son los simulacros, para que la gente se conciencie de cómo actuar ante una situación real y para ver los fallos que se producen y volver sobre ellos, pero seguro que después (...del bar claro!!) nadie les comentó cómo había salido y cómo mejorarlo...., por lo que aunque pueda ayudar la charla previa y realizar el simulacro, realmente termina perdiendo su sentido. Cuñi.

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