viernes, 11 de enero de 2013

«Amor de madre»



―¿Qué hace Lucas ahí fuera arañando la ventana?

―Pide entrar ―afirmó María muy tranquila mientras continuaba fregando la loza sin apenas levantar la vista.

―¡Pero mujer!

El comentario de la mujer mayor hizo que ella comenzara a desmoronarse. Por un segundo levantó la vista para mirarlo. Luego lo ignoró. Giró su cuerpo y habló con ella.

―No mamá, no lo defiendas. Estoy harta ―Las lágrimas comenzaron a derramarse por su rostro, como lo hace la gota de rocío tras acumularse sobre las hojas. Se secó las manos en el paño de cocina, que tenía colgado a la cintura, y fue a sentarse junto a su suegra que la miraba con ojos desencajados.

―¿Ana? ―suplicó sosegada la mujer― ¿Qué ha hecho esta vez?

―Lo de siempre, mamá, lo de siempre.

―Pero déjalo entrar. Habla con él. Fuera estamos a menos cinco grados y solo lleva el pijama. Me da pena. ¡Es tu marido!

5 comentarios:

  1. Nada nada, que aprenda para que la próxima vez se lo piense mejor!! Cuñi.

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  2. Si es lo de siempre no es la primera vez por tanto habrán habido avisos y como el que avisa no es traidor, ¡que apechuge!. Me gusta como has descrito ese comienzo de llanto.
    Besos de gofio.

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  3. JOSÉ GERARDO:Por supuesto.

    CUÑI: Como eres.

    GLORIA: ¡El pobre!

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  4. Yo estoy de acuerdo con la cuño. ¡¡¡Pá que aprenda!!!!

    CArmen

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