jueves, 25 de octubre de 2012

«La decisión»


De la rutina insípida de su oficina, saltó a la soledad fría de su plaza de garaje. Detrás oía las voces, las risas y las bromas que sus compañeros le lanzaban como clavos ardiendo que le perforaban todo su ser.

Penetrar en su coche significaba encontrar la puerta de salida a su sufrimiento.

Rumbo al hogar la música le daba un respiro. Le ayudaba a olvidar el día vivido, a tener su mente ocupada para no escuchar sus propios pensamientos, tenía voces que le hablaban y le indicaban como acabar con todo aquello.

Llegar a casa parecía, a priori, un refugio. Así debería de ser si no estuviera ella, su madre. Le machacaba desde que tenía memoria. Día tras día le devolvía los mismos golpes psicológicos que le daba el resto de la gente. Se sentía impotente, incomprendido, raro.

Hoy no lo soportó más. Pudo matarla, pudo suicidarse, pero decidió marcharse.

4 comentarios:

  1. Cruel como la vida misma, mejor decisión la tomada, pero difícil por no decir imposible la salida aunque cambie de entorno, ya que es internamente donde reside su verdadero problema. Cuñi.

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  2. Profundo, chocante, desafiante...inesperado.

    CArmen

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  3. Un micro revalador en tu manera de escribir,Guillermo, me ha parecido duro,aplastante, agónico,decisivo... muyyyy bueno, me ha encantado, sin duda.
    Besos de gofio

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  4. CUÑI: Quizás sea así. Ya veremos por dónde sale.

    CARMEN: Ñooooosss!

    GLORIA: Gracias.

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