No dije que lo sabía pero conocía los hechos desde hacía meses. Ahora había llegado el momento y por fin me marché de casa, dejándolo para siempre. Lo cierto es que descubrí que se veía a escondidas con una de mis hermanastras y eso, señoras y señores, no puedo soportarlo. Ya está bien.
En un principio todo fueron promesas, regalos, zapatitos de cristal… pero, de un tiempo a esta parte, nuestra relación se había enfriado. Ahora conozco el motivo. No importa, el paso ya está dado.
Los príncipes ya no son lo que eran y yo, al fin y al cabo, soy La Cenicienta. Continuaré con mi cuento.
¡¡¡que chasco!!! y yo que todavía estaba buscando mi príncipe azul... pos igual paso y me compro un gato jajaja
ResponderEliminarCArmen
Suele pasar...cuando crees ya no formas parte de tu propio cuento...deberías crearte otro mejor...
ResponderEliminaruppsss! se me olvidó el "que"
ResponderEliminarSuele pasar...cuando crees QUE ya no formas parte de tu propio cuento...deberías crearte otro mejor...