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Una vez
pasados los santos días toca hacer recuento. No de mis actos y
constricciones sino de ciertas similitudes encontradas en costumbres
tan dispares.
En primer
lugar me llama la atención la diferencia de sentimientos que estas
fiestas generan en el público. Por un lado tenemos a los que —con
sangre, sudor y lágrimas—disfrutan entregados a los rezos, las
procesiones, los ramos y el recogimiento. Por otro lado tenemos a los
que —con sangre, sudor y lágrimas— disfrutan de la playa,
cremas, un viaje y reuniones de amigos.
Ante tal expectativa cada día
tengo más claro de que esta España nuestra es bipolar.
La esperanza,
tal y como suele ocurrir en todos los ámbitos, para unos y otros, es
que pasadas estas fechas, tanta dedicación se une en una misma lucha común —también
a sangre, sudor y lágrimas— que no es otra que la de intentar
bajar esos fofos michelines de más que se nos han acumulado entre
tanto rezo o chiringuito, entre tanta procesión o hamaca, entre
tanta misa o reunión de amigos...
Hay también
que tener en cuenta las formas en las que, tanto los unos como los otros, se desprenden de
esa pesada carga, o al menos lo intentan, ya que lo hacen de la misma manera: con
sangre, porque no hay nada más sangrante que las facturas de los
remedios milagrosos que te venden en las farmacias, parafarmacias y
demás «macias —o mafias, según se mire—»; con sudor,
sufriendo terribles tablas aeróbicas en esos gimnasios o grandes
caminatas, por las ahora concurridas «rutas del colesterol», de cada
barrio o pueblo; y con lágrimas, llorando al ver las cajas de
galletas que no podemos comprar, o la pizza que no nos podemos
comer...
En fin, que
entre nuestras Españas resulta haber más cosas que nos unen de las
que nos separan y, sin duda, una de ellas son las ganas de
sufrir, tras la sufrida Semana Santa.
Mardito roedó. Se te ha olvidado otro grupo importante, los que ya hemos dejado de luchar contra michelines y carnes de rebozo, haciendo la mejor de las dietas: "dejar de dejar de comer y privarte", ahí, precisamente ahí, somos un gran pelotón, no se nos ve el esfuerzo, pero no pasamos desapercibidos cuando pasamos; somos, en definitiva, a los que hasta un vaso de agua se nos va para los lados. Para que no se diga, ¡animo a los luchadores y luchadoras!, sigan con ello...
ResponderEliminar...Sitos desde la tierra seca...
Pero si tu siempre has sido un pincel, vamos uno de los gruesos, pero pincel. ¡¡¡¡MARDITO ROEDÓ!!!!
Eliminar¿Ves? te equivocas de medio a medio, he pasado de pincel a brocha gorda... ¡que no tenteras contreras...! De todas formas ¿esas gafas no serán las que tenías cuando andabas por la Maxorata?... ¡ntchssss... no hay coló!
EliminarGuille,con mucho respeto, teniendo en cuenta que me encanta bromear contigo,tienes cierta tendencia a refugiarte detrás de la multitud, en esta ocasión para esconder tus "fofos" michelines.Tienes que empezar a aceptar que ya no eres un "yogurín" quizás como mucho en la actualidad seas una quesadilla bien curada..ja ja.Mucho ánimo; de aquí al verano tal vez no seas Rocky,pero como bien dices, todo es cuestión de sangre sudor y.....más cucurucho.jajajaja
ResponderEliminarJajajajaja eso que siento clavado en mi espalda es un puñal????? Acabas de matarme, aún así gracias por el "piropo".
Eliminarjajaja me ha gustado eso de quesadilla curada!No me uno al grupo bipolar porque tengo claro que soy atea, o sea de semana santa tradicional nada, para mí son unas minivacaciones de primavera, antesala del verano y lo de la comida pues trato de hacer todo de manera moderada(beber y comer)y el ejercicio pues lo practico a diario, un día caminar, otro yoga, otro baile... y así la vida se vuelve menos compleja y más amena, sin sangre ni lágrimas. todo con optimismo y alegría se lleva mucho mejor.
ResponderEliminarBesos alegres.
¡¡¡La otra!!! jajaja ¿Que les pasa hoy? ¿ganas de ir al Hierro? jajajaja yo también soy de considerarlas minivacaciones para poder acabar el curso que de lo otro ya estoy curado.
EliminarYo ya dejé de sufrir, Guille. Prefiero ser una gordita feliz, qué quieres que te diga, antes que una flaca desgraciada mirando con envidia cochina los bocatas vecinos. Ni sangre, ni sudor, ni lágrimas: relax, reuniones varias en las que se come y se bebe y, por supuesto, risas.
ResponderEliminarPues lo mejor que haces, a disfrutar!!! que pa eso está el IMSERSO
EliminarMuy buena correlación, pero recuerda que tanto en un lado como en el otro hay términos medios, vamos que ni tanto ni tan poco, y qué buenas que están las torrijas!!! Cuñi.
ResponderEliminarSiempre hay términos medios, gamas de grises... Que son los que, de verdad, enriquecen el mundo, como las torrijas, que enriquecen nuestros paladares.
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