Cuando,
como cada tarde, regrese su padre del trabajo nada será igual. Desde
el preciso instante que abriera la boca, toda la falsedad que habían
montado en su relación familiar cambiaría. Desde la muerte de su
madre estaban los dos solos, casi siempre, unidos por el odio.
Oyó
la puerta. Ana respiró y se preparó. Le temblaban las manos. Juan,
como muchas veces lo llamaba en vez de papá, estaba apunto de hacer
su aparición.
Él,
al abrirla y levantar la vista, aún con las llaves en la mano, supo
que algo iba a ocurrir. Caminó con resignación con la mirada fija
en los ojos de la que antaño había sido su niña. Esperaba la
triste bofetada oral de su hija.
―Hoy
he descubierto lo que has intentado esconder de mamá ―él comenzó
a llorar―. Gracias por protegerme ―ambos se fundieron en un
húmedo abrazo de lágrimas.
Bonito y triste, cuantas cosas no decimos por no dañase al ser amado.....
ResponderEliminarCArmen
Nos tienes q contar cómo lo descubrió.... Cuñi.
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