Que
soy un soñador ya lo sabemos, pero lo que a lo mejor no sabes es que
tú también puedes serlo. Hay personas a las que les gusta
imaginarse inmersas en un barco a la deriva, o en una cueva, o en lo
más alto de una montaña a la espera de conseguir las bondades de la
tranquilidad y la calma de su cumbre.
Anoche
Eloísa soñó. Nunca lo había hecho como aquella noche. Se imaginó
sentada en lo alto de las hojas de una planta mágica, que mucho le
hacía recordar las habas con las que Pedro iba a la búsqueda del
castillo del malvado ogro. Aquella historia era distinta.
Las
hojas no eran normales. Eran hojas de libro. Ella reposada sobre el
tallo imaginaba y viajaba incansable entre las aventuras y
desventuras que allí se relataban. Estaba feliz. Podía evadirse a
otros mundos con el más preciado de los tesoros, su imaginación.
Aquella
historia era la primera que leía de verdad, con intencionalidad.
Cierto es que había aprendido a leer hacia muchos años, pero aquel
libro era su primera vez. Se lo habían regalo junto a un deseo de
amor y esperanza.
Su
primera sensación fue de rechazo, ¡menudo regalo! Pero algo tenía
que llamó su atención. Se atrapó. Leyó durante horas. No podía
dejarlo.
Al
despertar descubrió que disfrutar de un libro es gozar de la vida
misma. Es vivir miles de vidas, en miles de sitios, con miles de
sentimientos, que poco a poco irán completando y llenando el alma. Tras la lectura entregó su amor.
No
pierdas la oportunidad. Leer es vivir, gozar, disfrutar, amar...
¡Feliz
Día del Libro!
Pues sí, un libro que te enganche es una maravilla. Feliz día!!! Cuñi
ResponderEliminarMostruo, má que mostruo... ¡bordao! eres un fiera...
ResponderEliminarFelicidades a tí también.
ResponderEliminarCArmen
CUÑI: Igualmente
ResponderEliminarANÓNIMO: ¿lo dices por lo feo?
CARMEN: ok