La cama de la bella Aysha se había enfriado. El feísimo edredón rojo, con flores estampadas, no calentaba como lo había hecho apenas hacía unas horas. Me encontraba solo.
Tras estirar mi adormilado cuerpo miré el reloj y comprendí que, la mujer que hacía unas horas me había amado, se había marchado para siempre. Una botella de Whisky ahogaría mi pena.
Un pedazo de best-seller que te cambas las patas!!!!!!
ResponderEliminarJavi
Ummmmmm, ¿Merece la pena?
ResponderEliminarEso, eso a ahogar las penas hasta la noche!! Cuñi
ResponderEliminarUn relato corto, una composicion, un pensamiento.... Un reto.
ResponderEliminarVicky
¿De qué wisky estamos hablando?, ¡figura!, ¡máquefigura!
ResponderEliminarPon dos, con dos de hielo...
Saludos desde Playa Esmeralda...
JAVI: Se agradece pero EXAGERADO el cumplido.
ResponderEliminarANÓNIMO: ¿por qué no?
CUÑI: Lo pero es que las penas nadan.
VICKY: Una vida
ANÓNIMO DE PLAYA ESMERALDA: ¡Eso está hecho!