Desde la infancia conservo la costumbre de tener un pequeño corcho frente a mi lugar de trabajo. En él cuelgo pequeños tesoros y recuerdos que significan, o han significado, algo. Está la concha del Camino de Santiago, una foto de mi época de Fuerteventura, una vieja pañoleta scout…, y un pequeño lazo azul.
Lleva años atravesado por una pequeña chincheta. Clavado en el mismo sitio. Mira que me he mudado veces de casa y que hay cosas que han desaparecido de ese pequeño altar pero, mi pequeño lazo azul, siempre ha estado ahí, a la espera de ser paseado.
Creo recordar que apenas lo use en un par de ocasiones y ambas tristes. La primera, el diez de julio de 1997, ETA secuestraba a Miguel Ángel Blanco. Amenazaban con matarlo. Así lo hicieron.
La noche del secuestro salíamos de marcha. Toda mi pandilla, impactados por el anuncio, respondimos al llamamiento de «BASTA YA» y quisimos poner nuestro granito de arena utilizando aquel símbolo. Esa noches vimos muchos y nadie parecía indiferente.
Mi pequeño lazo azul hoy sigue colgado en el tablón. Parece ser que jamás volveré a usarlo. ¡Menos mal!
POR FIN. La mejor noticia de los últimos años.
ResponderEliminarCArmen.
Ya era hora que esos CABRONES nos dejaran en paz.
ResponderEliminarOjalá que así sea.
ResponderEliminarTambién espero que no lo vuelvas a descolgar del corcho...a veces, las cosas salen bien.
ResponderEliminarMyriam
CARMEN: Es verdad, todos esperamos que así sea.
ResponderEliminarANÓNIMO: estoy de acuerdo.
MYRIAM: Desde entonces está ahí... y lo dejaré.