Por fin quietas. Tras horas pululando por la habitación, subiéndose a los sillones, tirándose los cojines y corretear por los pasillos, por fin están quietas. No hay nada mejor que convertirse en un niño para controlar a los niños. Estaba agotado. Tenía que haber inventado antes este juego y así poder ver con calma la tele.
No es que sean malas, ninguna niña lo es, son distintas. Lo malo es que mis sobrinas son muy distintas. La cosa ha sido fácil. Les he propuesto jugar a indios y vaqueros. Ahora las tengo atadas y amordazadas. Creo que he ganado el juego.
JAJAJAJA, recuérdeme no dejarte nunca a mis hijos, jajajaja.
ResponderEliminarCArmen.
Luego... el viejo Guillenwayne cabalga por la pradera recordando cuando cruzaba el desierto camino de Lajitan cyti...
ResponderEliminarParece que hay algunas cosas que no se olvidan, ¿eh?
Recuerdos desde este lado del Missisipi...
Ja ja!! que bueno... y cuánto tiempo se las puede tener así sin dar por terinado el juego??? Cuñi
ResponderEliminarCARMEN: ¡¡¡Oye!!! que lo pasamos muy bien!!!!
ResponderEliminarJGERARDO: jajaja, es que todavía llevo arena en las botas jajaja.
CUÑI: ummmmm??? ups, será mejor que las libere ya!!!!
¡¡¡Lo sabía...!!!
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