La noche es una estrella en tu cucharilla opaca, doblada y quemada. Siempre lo has dicho, siempre que la poesía te invadía, pero nunca has pasado de ahí. No podías.
Hoy el pequeño utensilio yace muerto en el suelo, más negro y más quemado que nunca, como su dueño.
El burbujeante brillo del líquido al calentarse no volverá a flipar tu mente, no volverá a invadir tus venas con su letal contenido. Hoy, la calidad era mala y la dosis mortal. ¡Maldita cucharilla!, ¡Maldita heroína!
De verdad que lo tuyo es asustar al prójimo. Intrigante, triste, real... sorprendente.
ResponderEliminarCArmen
... ni los mejores poetas!!! Cuñi
ResponderEliminarHa sido, es y siempre será un mundo duro, sobre todo cuando toca a puertas cercanas, o a la tuya propia, y todo depende de la voluntad del que la usa, voluntad que ha perdido y que, en muchos casos, no quiere tener...
ResponderEliminarPero tú sabes ser más tierno, más divertido...
¡Saludos desde las tierras de Sotavento!
CARMEN: jajaja, para variar.
ResponderEliminarCUÑI: Uf, a lo mejor me he pasado escuchando a Sabina.
ANÓNIMO: inspiración totál. Saludos a Herbania.